Memorias de una tarde en la sala de urgencias ( Parte II)

Pero el camino sigue...

Cuando llegue al hospital, no podía hablar mucho, y después de la evaluación del triage, tocaba que verificaran por sistema si la empresa para la cual trabajo había pagado los parafiscales, lo cual era cierto y no tuve ningún impase, pero después se vinieron una mano de preguntas con el fin de actualizar información que me pareció eterno. En fin tenía que pagar el copago, lo cual era $16.400 y en ese momento yo solo tría conmigo $10.000, a lo cual lo muchacha me indico que tenía que cancelar la totalidad del pago y entonces yo le repliqué que si tocaba ir al cajero automático y luego que tuviera la plata completa regresaba con el dinero al hospital, a lo cual no pude responderme y acepto que empeñara mi cédula como medio de pago.




En ese momento comprendí que en una emergencia uno no debe ir solo al hospital, creí que yo solo podría resolver todo y no fue así, afortunadamente con una llamada que le hice a mi padre informándole brevemente lo sucedido el se hizo presente y canceló tiempo después lo que faltaba.

Habían 17 personas antes de mi esperando ser atendidos en los consultorios y yo no hacía más que pensar en la hora u hora y media que me toca esperar, y es en esos momentos caí en cuenta que de urgencias, ese sitio solo tiene el nombre.




Nuevamente estaba decidido a no esperar tanto, y no es quisiera pasar por encima de nadie, pero ante la realidad a la que estaba enfrentado, estaba dispuesto a conseguir que me atendieran. Por ello nuevamente me logre entrar nuevamente a los consultorios y esperé a que se desocupara el mismo médico que antes se había negado a atenderme porque no tenía el ingreso.

Al cabo de 20 minutos de espera, finalmente me atendió, y para ese entonces ya había transcurrido casi 1 hora y media desde que había entrado por primera vez, ni me quiero imaginar lo que me hubiese demorado, estimo que como de tres a tres horas y media, si sigo todo el conducto.

No quiero echar culpas a ningún trabajador, porque al fin al cabo cada quien hace su labor de acuerdo a procedimientos establecidos, pero es claro que el personal que hay en esa hospital es insuficiente para la demanda que tiene y que más que atender a los pacientes pareciera que se jugara no solo con la credibilidad y ética del personal que atiende, sino también con la vida de los pacientes.

Enfrentado ante esta triste realidad, en el cual el sistema de salud colombiano con tutela y todo, está más diseñado para hacer plata que para salvar vidas, me pregunto dónde queda todo ese 12.5% que se paga en la seguridad social? Seguramente no en una buena atención, sino en los bolsillos de muy pocos, porque entre menos se le pueda ofrecer al paciente, mejor es el negocio.

Finalmente luego de 3 horas y media, salí de ese hospital con la firme intención de no regresar como paciente a ese sitio, y si me enfermo nuevamente iré a probar la lotería en otro lugar. Y termine comprando las medicinas (diclofenalco y amoxicilina), porque resultaba más barato comprarlas por mi cuenta que pagar el copago.

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